LOS INSTRUMENTOS FLAMENCOS

En el escenario del Tablao de Carmen en Barcelona se encuentran dos cantaores aplaudiendo, el cantaor del medio cantando.

Si uno  cierra los ojos e imagina lo flamenco, seguramente «verá» una silueta flamenca, e inmediatamente, «oirá» un quejío, o «escuchará» las cuerdas de una guitarra flamenca, o «sentirá» la vibración del compás de unas palmas o de un zapateado. 

Por eso, hablar de instrumentos flamencos, desde un punto de vista ortodoxo y tradicional como lo es el del Tablao de Carmen, nos lleva a resumirlos únicamente  en tres instrumentos esenciales:

  • La voz
  • Las extremidades del cuerpo (manos y pies)
  • La guitarra.

Dejamos aquí sin mencionar todos los otros instrumentos que aún siendo flamencos, no suelen encontrarse en el desarrollo habitual de nuestro flamenco en el Tablao de Carmen.

La voz en el flamenco

La voz es un instrumento musical mágico y grandioso. La voz es aliento y sentimiento, es vibración de cuerdas y es epítome y resumen de la máxima expresión del alma humana. La voz lo refleja todo, como la mirada. 

Definida técnicamente en diccionarios como “Sonido emitido por el sistema respiratorio humano”, es un instrumento de viento humano, siendo así uno de los muchos componentes del amplio universo musical.

A diferencia de otros instrumentos musicales, la voz permite incorporar la palabra a la música, el texto a la obra. Se podría decir que esta capacidad única de este instrumento humano, la de añadir mensaje, magnifica su poder en el mundo musical.  

Cuando a ese sonido humano, a la voz, se la controla musicalmente, se convierte en canto, y en el contexto musical flamenco lo llamamos “cante”.

El canto es una habilidad que requiere reflejos musculares muy desarrollados. El canto no requiere mucha fuerza muscular, pero sí un alto grado de coordinación muscular.

Es difícil definir lo que hace que una voz sea flamenca.

Se ha escrito sobre ello y sólo relativamente hace poco se ha estudiado y analizado con criterios científicos. Pero la realidad es que lo que sonaba como cante flamenco a fines del s. XIX no existía como tal en otras partes del mundo que no fuera entre algunos españoles en tierras de la península ibérica.

Para aprender o indagar un poco más sobre la historia y clasificación de la voz flamenca, recomendamos el artículo de la cantaora y profesora de cante flamenco, Alba Guerrero.

¿Qué es el quejío?

En el cante flamenco existe un término único, un sonido inseparable de su esencia, que es el “quejío”. El quejío, abreviación de “quejido”, sinónimo de “queja” y de “dolor”  es uno de los sonidos flamencos que aparecen irremediablemente en la ejecución de la gran mayoría de cantes flamencos. El cante flamenco musicaliza el sufrimiento. 

La relación entre la música y la palabra

En el fenomenal artículo “Góngora y la música” de Lola Josa y Mariano Lambea, se expone que para que la relación entre el arte literario y arte musical pudiera realizarse con precisión en una obra de arte superior (en el contexto de composiciones musicales del Barroco), tiene que “seguirse un proceso de dependencia de los elementos técnicos del lenguaje musical al sentido del texto poético”.

Así, en un extracto de dicho artículo, el teórico bergamasco Pedro Cerone apuntaba como consejos para los compositores de esa época, lo siguiente:

“la parte más esencial es hacer lo que la letra pide; es, a saber, alegre o triste, grave o ligera, lejos o cerca, humilde o levantada, de modo que [la música] haga el efecto que la letra pretende, para levantar a consideración los ánimos de los que están oyendo”. 

Este pequeño extracto acierta en esa indisoluble necesidad del corazón humano y su necesidad de expresarse. La voz del cantaor flamenco no busca la excelencia pero sí la máxima expresión de su sentimiento. 

La guitarra en el flamenco

El instrumento flamenco por excelencia. Casi siempre presente en el desarrollo de una reunión flamenca está la guitarra. Sus cuerdas acompañan al cantaor en sus cantares y al bailaor en su baile.

Aunque los cantes más primitivos no iban acompañados de ningún instrumento, fue la guitarra la primera que apareció para acompañar al cantaor. Los musicólogos y expertos sobre el folclore andaluz consideran el siglo XIX como el siglo en el que se introduce la guitarra en el mundo flamenco. 

Y desde que la guitarra aparece en el escenario flamenco, ya no solo acompaña al cante, sino que incita al baile y su presencia fomenta la expansión de la expresión flamenca, creando así un proceso de especialización, diversificación y por ello, clasificación de cantes y diversos palos flamencos.

En sus comienzos el flamenco se gesta en un territorio donde conviven varias culturas, la castellana, la mora, la gitana, la hebrea. Se produce una mezcla única de sus influencias, de sus  maneras y de sus instrumentos. Por eso, el toque flamenco es diferente al del toque clásico de guitarra trovadora, o de concierto, o festera.

El compás flamenco, los diferentes ritmos y la personalidad flamenca han forjado en el curso de la historia el diseño de un instrumento con unas características peculiares, definiéndolo como guitarra flamenca.

El toque flamenco es diferente de otras maneras de tocar la guitarra tradicional. La evolución del toque flamenco ha hecho que poco a poco el mismo instrumento se especializará y se hiciera “más flamenco” y hasta el punto de  que se diferencian en su propia construcción.

¿Cuál es la diferencia entre una guitarra clásica y española?

En los tablaos flamencos la guitarra es, junto al cante, el alma del espectáculo. En ella y en sus acordes se inspiran y apoyan los cantaores y los bailaores. De ella depende gran parte de lo que ocurre en las tablas. La guitarra flamenca es una variante muy extendida de la guitarra clásica o española. 

Así entonces, la guitarra flamenca acaba siendo diferente de la guitarra tradicional, aunque a simple vista parezcan iguales:

  • El peso: la guitarra flamenca es más ligera que las guitarras clásicas. Los aros son más estrechos que en una clásica y disminuye la distancia entre tapa y fondo, resultando en una caja de resonancia más pequeña y en más ligereza en su peso. El material para la tapa, el fondo y los arcos suele ser algo más delgado, por lo que afecta en el peso total de la guitarra.
  • Las cuerdas: están más bajas en los trastes. Una máxima dentro de la fabricación de guitarras flamencas es la acción de las cuerdas. Es casi indispensable que exista un poco de «cerdeo» en las cuerdas para darle ese sonido metálico y percusivo a la guitarra, y esto se consigue con una altura muy baja de las cuerdas con respecto al diapasón. Una acción baja, además, nos dará una sensación de comodidad superior que ayuda a tocar a la manera flamenca.
  • La madera: la guitarra flamenca se construye con maderas tonales para que tengan las voces que la diferencian. Generalmente, las guitarras de flamenco utilizan en su fabricación madera de ciprés para el fondo y los aros, más ligera que el cedro o el palosanto. La madera preferida para la fabricación de la tapa suele ser el abeto alemán.
  • La disposición interna: las guitarras flamencas presentan una disposición diferente de las barras armónicas en el interior de la tapa que las clásicas. El varetaje de una guitarra flamenca está pensado para darle una sonoridad percusiva a la tapa. La colocación del varetaje define el tipo de vibración de la tapa armónica de la guitarra.
  • El sonido: La suma del uso de maderas más ligeras, la acción baja de las cuerdas y un mástil más delgado concluyen en que una guitarra flamenca tendrá un timbre más agudo que una clásica y, en definitiva, un sonido más brillante.

Todos estos elementos de la guitarra flamenca acaban otorgándole su personalidad y características flamencas y produciendo diferentes sonidos que entre flamencos se describen como ‘seco’, ‘metálico’ o  ‘rasposo’ y su calidad de percusión es más viva y brillante.

Otra peculiaridad de la guitarra flamenca es la diferenciación entre las guitarras “macho” y las guitarras “hembra”. Una vez una guitarra ha sido construida, se distingue su “personalidad” macho o hembra según el sonido de su “bordón”, la sexta cuerda. 

Manos y pies en el flamenco

Dada la incuestionable importancia del ritmo como base del arte y de la buena ejecución del flamenco puro, hay que resaltar dos de los instrumentos básicos y claves del flamenco, que quizás por su obviedad y simple naturaleza, pasan desapercibidos ante el baile, el toque y la guitarra: las manos y los pies de los artistas y músicos “de atrás” o del cuadro. 

Considerando que no hay flamenco sin buen compás, no se puede llevar adelante ni una sola nota ni paso flamenco sin que exista el “metrónomo” flamenco: el golpe. O bien con las manos vía las palmas, o bien marcando con los pies (de pie o sentado), el compás es primordial.

Otro sonido genuino y único del flamenco son los “pitos”, que son el resultado del chasquido del dedo pulgar contra los otros tres que le siguen, el índice, el medio y el anular. Es muy característico del baile gitano acompañarse a sí mismo guardando el compás con los pitos.

Para destacar el poder del compás basta con ver a un coro de flamencos en la calle sin ningún otro recurso que el de sus propios cuerpos. El hacer música flamenca con compás a secas es una de las características más notables de la herencia del pueblo gitano. 

Las palmas en el flamenco

Las palmas juegan un papel fundamental en la música flamenca y sobre todo en el desarrollo del baile flamenco. 

El sonido que resulta del choque entre las palmas de las manos es el motor del ritmo y del compás flamenco. Las palmas son el estímulo clave para los artistas y músicos flamencos y sirven de acompañamiento imprescindible en el cuadro artístico flamenco.  

Las palmas puntúan y marcan el acento de la canción y del baile. Las buenas palmas hacen música ellas solas.

¿Cómo se diferencian los tipos de palmas flamencas?

  • Según el criterios de sonoridad: sordas y secas. 

Las palmas sordas suenan graves y suaves, como resultado del hueco de la palma ahuecada. El propósito es no tapar la voz ni la guitarra, sino acompañarlas con respeto.

Las palmas secas o también de nombre “naturales”, son fuertes y más agudas como resultado de la fuerza de su sonido al estar las palmas tensas y duras. Estas resaltan los momentos fuertes del baile y del toque de la guitarra. 

  • Según el criterio de tiempo: simples y redoblás o encontrás.

Las simples marcan el tiempo simple, el ritmo natural del compás.

Las redoblás o encontrás van a contratiempo con las palmas simples que son las que llevan el son.

Todos los grandes músicos o estrellas del flamenco han contado sin falta en su equipo con palmeros de nivel y profesión: Carmen Amaya, Paco de Lucía, Lola Flores, Rosalía.

La gran categoría musical que se requiere convierte a los palmeros en una de las especialidades más necesarias pero difíciles del mundo profesional flamenco.

Mandan las palmas y es el buen compás lo que guía y arrastra a todos los flamencos hacia la música y el flamenco. Invitamos en este punto a visitar la siguiente escena de un extracto de actuación de Carmen Amaya, donde a pesar de la presencia de las guitarras, solo domina y mandan los palmeros. 

Los pies flamencos

Nos gusta poner énfasis en el rol del pie como elemento esencial en el marcaje del compás flamenco. Aunque es el pie el sustento y base física del cuerpo en el baile, es a su vez, uno de los “hacedores del complejo compás flamenco”. 

De ahí viene la expresión sobre un bailaor cuando en su baile sabe marcar bien, se dice que tiene “buenos pies”. 

O la otra forma de señalar que alguien marca el ritmo con el pie aunque sea estando sentado, tanto un palmero, como los músicos del cuadro, para acompañar al que baila o canta, se describe como “meter el pie” en el momento oportuno.  

Voces flamencas, palmas y guitarra…..En el Tablao de Carmen reina el compás. Sus guardianes son los artistas, los cantaores, los guitarristas y bailaores. Ellos regalan a diario desde las tablas ese arte tan refinado y único, el flamenco. 

Ese ha sido el propósito del Tablao de Carmen desde su fundación y origen, el poder ofrecer al que llegue al tablao, la base del flamenco puro, nada más y nada menos que el compás y ritmo flamencos, en lo que todo se apoya. 

En memoria del genio del compás y del ritmo flamenco, Carmen Amaya. Siempre.